Jenny Cheung es una farmacéutica residente en Hong Kong. Actualmente es la Presidenta del Sindicato de Farmacéuticos de Hong Kong.


Hong Kong, 3 de abril de 2020 – Imagina si estuvieras aislado en tu casa, pendiente de las noticias cada noche. El número de muertos está subiendo súbitamente. Más niños siguen perdiendo sus padres, más personal médico sucumbe ante el virus conforme han pasado los días. Los lugares donde la gente está infectada del virus cada vez están más cerca de tu casa. El sentimiento de enfrentar a la muerte es real y el nivel de ansiedad aumenta de forma rápida, también.

Esto fue lo que la mayoría de nosotros en Hong Kong hemos vivido durante el brote masivo de SARS en el 2003. Los recuerdos de esos momentos siguen siendo tan frescos como dolorosos. Cientos de compatriotas, lamentablemente, perecieron y como resultado perdieron sus vidas a causa del SARS. Otros cuantos todavía siguen sufriendo las secuelas físicas y mentales que ocasionó el virus del SARS.

Ahora parece que estamos enfrentando la misma batalla de nuevo, en medio de la pandemia de COVID-19 en el 2020. Aún así, hemos tratado de aprender de nuestra propia experiencia y minimizar los daños.

«Tengan en mente que, cada pandemia es una consecuencia de la política»

Desde el punto de vista médico, si programas masivos de pruebas del virus y vigilancia exhaustiva son llevados a cabo, simultáneamente con la implementación de un control riguroso y estrategias preventivas, es más probable que la dispersión de la enfermedad se habría mantenido al mínimo y la mitigación del virus estaría a la vuelta de la esquina.

Es así que, para algunos países de la región asiática, la gente ha aprendido hace mucho tiempo que no deberían contar con esa clase de medidas.

Taiwan suspendió vuelos desde China a finales de Enero, a pesar de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para no hacerlo. Corea del Sur y Singapur simularon esa medida poco después. Corea del Sur implementó un programa de “testeo y rastreo” masivo. Singapur aplicó estrictas, reglas de cuarentena y cerco de contacto.

Sin embargo, Hong Kong no tiene tanta suerte. Hong Kong no tiene impuesto restricción de viaje a los visitantes provenientes de China continental. Ninguna medida estricta de cuarentena. EL régimen ha pedido a los ciudadanos que utilicen máscaras solamente cuando presenten síntomas. El gobierno distribuyó su reservas de mascarillas quirúrgicas con varios civiles afines al régimen pero no con ciudadanos ordinarios. De pronto, Hong Kong se vio desabastecido de mascarillas.

Durante los peores momentos, la gente de Hong Kong ha tenido que acampar toda la noche en el frío, solamente para comprar unas pocas cajas de mascarillas apenas la tiendas abrían a la mañana siguiente. Además de comprar paquetes de paños húmedos con alcohol, los ciudadanos se abastecían apresuradamente de toda clase de alimentos, en especial arroz, y papel higiénico, así como también de alcohol antiséptico y cloro.

Aún así, a pesar de vivir al lado de China y tener lazos cercanos, de casi ocho millones de habitantes que tiene Hong Kong, tan solo se han confirmado 700 casos y cuatro muertes hasta el 30 de marzo de 2020.

Esto se debe a que los ciudadanos de Hong Kong tienen vívidos recuerdos del estallido de SARS hace ya 17 años. Nos hemos mantenido con la guardia en alto, vigilantes en contra del coronavirus. Nadie confía ni espera nada de la burocracia ni de las instrucciones de políticos. Así como los políticos tienen su propia agenda, se teme que subestimen la amenaza de la pandemia. Hemos aprendido que nuestras vidas no son su prioridad. En el lugar de ellos, nosotros, los ciudadanos, nos hemos arremangado la camisa y hemos puesto de parte.

Esto es lo que hemos hecho día a día:

1) Usar mascarilla

2) Lavarnos las manos constantemente
– con agua limpia y jabón por 20 segundos
– varias veces al día
– cuando no haya agua, utilizar desinfectante de manos

3) Quedarnos en casa
– evitar toda concurrencia de personas
– trabajar desde casa, si es posible
– evitar besos y abrazos

4) Higiene personal y del hogar
– baño todos los días
– hacer gárgaras todos los días
– no compartir toallas con otros miembros de la familia
– lavar la ropa frecuentemente, cambiarse de prendas limpias a diario
– limpiar celulares, manijas de puertas, bolsos de mano, zapatos, muebles, pisos, etc

Lo único que queremos hacer es contener el virus y minimizar la disgregación, tanto como sea posible dentro de nuestras capacidades. Ponemos en marcha un gran esfuerzo comunitario en Hong Kong para contener el número de contagios y víctimas mortales. Con nuestras desventajas territoriales y políticas, nunca podemos despreocuparnos ni siquiera un poco hasta que la pandemia esté oficialmente resuelta, especialmente porque Wuhan será reabierta en pocos en el transcurso de abril.

Conforme ponemos atención a las últimas noticias de la pandemia alrededor del mundo, notamos el disparo de casos confirmados que han aparecido en Ecuador. Cuando se compara el proyección de los casos en Ecuador con otros países, la inclemencia de la situación es visible. La impresión que tuve en los primeros días con Italia y España viene a mi mente. La sirena de emergencia se ha prendido, queridos ecuatorianos. Están solo días atrás del desastre.

Ajústense los cinturones antes de que se acerquen al abismo, ecuatorianos. Imagínense que son jugadores del mismo equipo en un partido de futbol. Su objetivo es anotar un gol para ganar. Esto no es un partido de un sólo jugador, esta es la batalla por supervivencia como un equipo. Piensa en tu familia, en tus amigos y en tus seres queridos; hazlo por ellos. Hazlo por el equipo, si el equipo gana, tú ganas.

La cuenta es regresiva. Toma la oportunidad que tienes ahora, como si solo tuvieras una sola oportunidad de jugar el partido, el partido de tu vida. Si tienes una oportunidad para hacer un gol en todo el partido, sin importar siquiera que no has llegado al medio tiempo, tienes que capitalizarla porque puede ser tu única oportunidad. Da tu mejor esfuerzo, lo haz hecho antes, probablemente no contra el mismo rival, pero de seguro con uno tan de complicado como este.

Utiliza mascarilla, lávate las manos, mantén la distancia frente a todxs.

Comparte los métodos de prevención de la pandemia con todos los que puedas.

Tú puedes hacerlo. Ustedes juntos, ecuatorianos, van a vencer al coronavirus y traerán la copa a casa.

¡Sí se puede!


Jenny Cheung es una farmacéutica residente en Hong Kong. Ha sido testigo del cambio de Hong Kong en los últimos 20 años, desde que su soberanía pasó a manos chinas, en 1997. Cheung es una de las primeras profesionales de la medicina en abordar los problemas y las preocupaciones sobre el uso de gas lacrimógeno caducado en el cuerpo humano.
Actualmente es la Presidenta del Sindicato de Farmacéuticos de Hong Kong.